El fantasma de Marx. Conversatorios sobre la vigencia de sus ideas: El retorno de las ideologías

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Pocos pensadores han ejercido un magnetismo y una influencia tan grandes en la historia como Karl Marx, el filósofo y economista alemán que naciera en Tréveris hace doscientos años, el 18 de mayo de 1818. Muchos movimientos revolucionarios y regímenes políticos en el mundo entero, así como numerosos combates por la libertad y la justicia se han inspirado en sus ideas. Abundan, sin embargo, los casos en que la filiación marxista ha traído consigo la supresión de la libertad, la implantación de sistemas autoritarios, el empleo de la violencia o el fracaso de sus políticas económicas. Uno tras otro, los regímenes comunistas o socialistas de las últimas décadas se han ido derrumbando y mostrando acaso un rostro perverso del ideal revolucionario. Pero, ¿puede decirse verdaderamente que el causante de todo ello haya sido el pensamiento de Marx, o que éste haya perdido toda su validez? Hace algunos años, el filósofo francés Jacques Derrida comentó al respecto que Marx, en efecto, había muerto, pero que ocurría con él lo que con los fantasmas: que, aun desaparecidos, sigue su figura (su pensamiento) estando al acecho, amenazando nuestra seguridad o desafiando las certezas del mundo de los vivos. Derrida usa deliberadamente el término “fantasma” aludiendo a la conocida sentencia con la que se inicia el Manifiesto del Partido Comunista: “Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo”. Las ideas de Marx parecieran mantener esta influencia fantasmal, inquietante, en la sociedad contemporánea, aun luego del fracaso de tantos experimentos revolucionarios en el mundo. Y seguimos sin tener una explicación satisfactoria de las razones profundas por las que su pensamiento ha logrado despertar tantas ilusiones e inspirado tantas luchas por la libertad.